¿Quién dijo que no se puede comer todo el huevo? Hoy te traemos una receta atrevida, divertida y ligeramente peligrosa (según tu dentadura): Huevos de codorniz fritos… con cáscara incluida. Sí, has leído bien: crujientes, sabrosos, bañados en una salsa dulce y salada… ¡y 100% con su concha!
Este platillo es ideal como acompañamiento para una bebida fuerte. El contraste entre lo crujiente del huevo frito entero y la intensidad del ajo te hará gritar: “¡Esto está loco, pero me encanta!” 🥃
🥚 Ingredientes:
- 10 huevos de codorniz (¡lavados muy bien!)
- 2 cucharadas de aceite con ajo
- 1 cucharada de mirin (vino dulce japonés)
- 1 cucharada de azúcar con ajo
- Un chorrito de aceite de cocina para freír
- Salsa de soja al gusto
👨🍳 Instrucciones:
- Lava bien los huevos de codorniz, con cáscara y todo. No queremos tierra ni bacterias extra en esta locura culinaria.
- Calienta el aceite de cocina en una sartén a fuego medio-alto.
- Fríe los huevos enteros (¡sí, con cáscara!) durante unos 3 minutos, hasta que la superficie esté dorada y crujiente.
- Añade la salsa de soja, el mirin y el azúcar de ajo.
- Cocina a fuego lento hasta que se impregnen bien los sabores y se cree un glaseado ligero.
- ¡Listo! Sirve calientes, crujientes y con una buena bebida al lado.
🥴 Advertencia culinaria:
- No apto para dientes sensibles o gente sin sentido del humor.
- Acompaña con alcohol solo si no vas a conducir después. Y cuidado con atragantarte de la risa (o del crunch).
- Si prefieres, puedes triturar la cáscara antes de comer… pero eso le quita la gracia, ¿no?
🧪 ¿Nutritivo?
¡Al parecer sí! La cáscara es rica en calcio. Así que mientras te ríes y cruje, también refuerzas los huesos. Todo en uno. ¿Quién necesita suplementos?
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