Este es un debate vivo en todas las sociedades democráticas. No tiene una única respuesta, pero sí dos posturas principales que conviene analizar con honestidad.
La escuela SÍ debe influir en valores y socialización
Quienes la defienden argumentan que:
La escuela forma ciudadanía
En democracia, no basta con transmitir contenidos: hay que formar personas que sepan convivir, escuchar, participar, respetar y tomar decisiones informadas.
La neutralidad absoluta no existe
Todo acto educativo transmite valores: cómo se organiza el aula, cómo se resuelven conflictos, qué voces se escuchan y cuáles no. La escuela, queriéndolo o no, ya educa en valores.
La vida social y emocional también se aprende
El alumnado necesita guías para aprender tolerancia, empatía, igualdad de género, inclusión, pensamiento crítico y respeto a los derechos humanos.
Evita que los únicos referentes sean redes, influencers o sesgos familiares
La escuela equilibra fuentes de información y ayuda al estudiante a pensar por sí mismo.
En resumen de la postura:
La escuela no debe imponer ideologías, pero sí promover valores democráticos, derechos humanos y convivencia. Eso también es educar.
Postura 2: La escuela NO debe influir en la ideología del alumnado
Quienes sostienen esta visión creen que:
El papel de la escuela es ofrecer herramientas, no moldear formas de vida
La misión sería enseñar competencias, habilidades cognitivas y técnicas, sin entrar en creencias personales o identidades.
La educación en valores debe venir de la familia
Algunas familias temen que la escuela tenga un papel demasiado protagonista en temas éticos, sociales o identitarios.
Existe el riesgo de adoctrinamiento
Si el profesorado no es consciente, puede transmitir su propia visión política o social como si fuera la única válida.
Este riesgo es real, y preocupa especialmente en contextos polarizados.
Formar pensamiento crítico ya es suficiente
Si el alumnado aprende a pensar por sí mismo, decidirá sus valores sin necesidad de una influencia directa por parte de la escuela.
En resumen para esta postura:
La escuela debe formar mentes, no ideologías; dar herramientas, no modelos de vida.
¿Qué debería hacer la escuela?
La mayoría de expertos coinciden en un punto intermedio:
La escuela NO debe adoctrinar, pero SÍ debe educar en valores democráticos básicos.
Esto incluye:
- Respeto a los derechos humanos
- Igualdad entre personas
- Convivencia y diálogo
- Pensamiento crítico
- Rechazo activo a la violencia, el racismo, el machismo y la discriminación
- Gestión ética de la tecnología y la información
Pero no debe:
- Promover una ideología política concreta
- Imponer una visión partidista
- Penalizar opiniones si son respetuosas y argumentadas
- Convertir el aula en un espacio de lucha ideológica
La escuela debe garantizar que el alumnado pueda pensar por sí mismo, no “pensar como el profesor”.
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