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Prades: la gran aventura ciclista

Durante este fin de semana, tuve una gran aventura en el parque natural de Prades. Un lugar protegido de la contaminación lumínica para poder vislumbrar estrellas y eventos del universo.

Hace un tiempo, fui a la excursión/explicación de la ruta del Observatorio Astronómico de Prades, por ser uno de los lugares más cercanos y bonitos que podemos tener los barceloneses. Esta vez, la historia fue otra: una ruta de 2 días en estas tierras.

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Empieza la preaventura en Prades.

No creo que os interese que escriba sobre el tiempo que dediqué a investigar sobre el terreno y la ruta que iba hacer. Sin embargo, os quiero explicar un poco los puntos más importantes.

No confíes en la renfe.

Esta ruta comenzó desde la estación de tren de Barcelona-Sants. Para ponerte en situación, fui un día antes para preguntar sobre la cantidad de personas que iban en tren para molestar lo menos posible. Su respuesta es que iba medio vacío, la realidad es que no cabía un alfiler.

Y ya te puedes imaginar como metes una bicicleta cargada con maletas en una bicicleta en que no cabe nadie. La magia la hizo una de las trabajadoras que nos lanzó a mi y a la bici dentro del vagón como si no hubiera mañana. Uno de los viajeros fue apuñalado por mi bicicleta, sin embargo… pudo sobrevivir sin problemas.

Nunca cojas un tren un viernes por la tarde.

Haciendo amigos por un mismo destino.

Una vez en el tren, y tras los primeros minutos, debo decir que existía un buen ambiente entre todos. La resignación hizo que las diferentes personas se unieran contra la trabajadora de la RENFE, haciendo una enemistad en común. Y eso, brotó las primeras semillas de la amistad viajera.

El tiempo pasada, y al final muchos de nosotros sabíamos la historia de cada uno de los viajeros que estaban en el tren: algunos por trabajos, otro de vuelta a casa después de una semana de estudio, otros en busca de su hijo… descubriendo curiosidades en común y con muy buen ambiente.

Y finalmente, poco a poco, en cada estación una despedida épica que dejaba una gran dulzura para todos.

La primera noche.

Fui a un albergue. Era mi primera vez, y tengo que decir que de nuevo un descubrimiento de personas para personas. Un lugar humano y cálido, alrededor de un clima fío. Aunque mi primer pensamiento fue en quedarme en alguna de esas cuevas que escondían Prades.

Un lugar con encanto, piscina que no utilizaría por el frío, y una comida… más bien sosilla. Sin embargo, un ambiente encantador.

Empieza la aventura.

Al dia siguiente, salí con mi bicicleta en busca del encuentro con un amigo en la ciudad de Montblanc. Allí, en los pies de la Renfe, empezó nuestra andaduria en bicicleta.

La subida fue dura para llegar a Prades, una dificultad de un 4% aproximadamente con una larga trayectoria. Una vez en el pueblo, paramos a comer y a disfrutar de los participantes y primeros ganadores de la EPIC TRAIL. Desde las 6 de la mañana que estaban corriendo los pobrecillos.

Ruta de Prades a Refugi La Mussara.

Este trayecto iba a ser corto y algo aburrido. Con alguna bajada, pero que no os engañen que habían más subidas. Y entre ellas, nos encontramos con una cabra. Ella fue la motivadora para batir nuestros records personales, mientras nos perseguía.

Pasado esto, y tras un momento épico, pudimos librarnos de ella y llegar al refugio La Mussara dónde pasaríamos la noche con nuestras tiendas de campaña, bajo las advertencias de que la noche anterior los campistas pasaron frío.

La noche de acampada.

Durante la noche, todo el ventaval empezó a levantarse. Parecía el infierno, un tornado sin fin. Derribó la tienda, derribó la bici e hizo volar piedras pesadas que iban a sujetar la tienda. Y cuando todo parecía perdido, empezó a nevar.

Mi tienda fue destrozada, y yo acabé haciendo un vivac… hasta que salió el sol. Allí, medio enterrado en la nieve, me levante con alegría y gritando que había nevado. ¡Había cumplido uno de mis objetivos del año pasado! Dormir en la nieve.

Descubrí que con un buen saco y una buena tienda, la nieve no es problema.

De vuelta a Montblanc.

Imagina ahora las carreteras blancas. Los prados blancos. Y mientras estás rodeado de árboles cubiertos de nieve, eres capaz de ver a lo lejos el mar. Eso fue lo que captó mis ojos. No podía estar más emocionado.

Después de recoger, que con nieve y viento se vuelve algo más complicado, decidimos salir con las bicicletas por la nieve. Siguiendo alguno de los dos surcos de ruedas que habían dejado vehículos más pesados, fuimos bajando por las carreteras.

Nos venían unas bajadas pronunciadas, y alguna subida que generaba el dinamismo. Y finalmente, después de todo, pudimos admirar y maravillarnos de la situación de la cuál habíamos vivido.

Consejos de la ruta.

Si tienes pensado hacer esta ruta, te recomiendo lo siguiente:

  • Lleva abrigo, ya que las temperaturas durante el día y la noche son bastante diferentes.
  • Si vas en verano, te recomiendo repelente de insectos. Uno de los puntos que tiene Prades son bosques húmedos en los que se generan insectos como las pulgas.
  • El refugi La Mussara tiene unas camas limitadas, si quieres reservar procura llamar varias veces seguidas si no consigues que te contesten. Te devolverán la llamada.
  • Durante épocas de sequía, no esperes tener ducha de agua caliente en el refugio.
  • Prades es pequeño y tienes algunos bares/restaurantes que te pueden hacer comida rica. Mi preferido fue Arrels.
  • Lleva comida y bebida de sobra.

Y creo que aquí estaría lo básico, si quieres dejar tu consejo tienes la parte de los comentarios.

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